De Sonreímos despacio Me quedé callada, esta vez no supe qué decir, tampoco qué hacer, y hasta los nervios se apoderaron de mí. Y no lo podía creer porque de piedra me pensé, pero en papel me convertí, del que se deja escribir, el frágil que hasta con mirarlo se rompe. Con temor traté de resistir, pero seamos francos, esto lo vi venir y ningún refugio pude construir, ¿y arquitecta me hago llamar? yo sé que cupido se ríe de mí, pero cómo olvidar que fueron tus palabras las que me atraparon, sólo te bastó escribir sobre la luna para que bajaras las estrellas. ¿Cursi, verdad? traté de evitarlo, te lo juro con los dedos cruzados, con un guiño, con una sonrisa de mentirosa, ¿pero quién era yo para poner barreras? si el tiempo pasaba y sólo se desvanecían. No te culpo, tampoco a mí, ...