No tengas miedo
Eras todo para mí
y de repente,
nada.
y de repente,
nada.
Ya no eras el sol
que acompañaba mis mañanas,
ya no eras el testigo
del amor que yo expresaba,
ya no estaba enamorada.
que acompañaba mis mañanas,
ya no eras el testigo
del amor que yo expresaba,
ya no estaba enamorada.
Y el brillo de mis
ojos
que al verte yo irradiaba,
suavemente se apagó.
que al verte yo irradiaba,
suavemente se apagó.
Los colores
no vibraban,
una lágrima caía,
tristemente yo
lloraba,
ya no estaba enamorada.
Y tú, con la garganta
atravesada por
palabras
que el sonido
abandonaba,
fuertemente
en tus brazos me
tomaste
y al oído susurraste:
No tengas miedo de amar
otra vez
que el universo es
infinito
y el amor lo es más,
aunque dure tan
poquito.
Septiembre 03 de 2017
Comentarios
Publicar un comentario